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martes, 12 de octubre de 2010

Descubrimientos insospechados para ganar el Nobel


Para muchas personas, nos parecen admirables todos aquellos que ganan un premio Nobel en cualquiera de sus clasificaciones. Indudablemente, la Real Academia Sueca de Ciencias le otorga esta distinción a quienes consideran que sus descubrimientos han sido de fundamental importancia para el desarrollo de la Ciencia, las Matemáticas y las Humanidades.

Una gran idea se caracteriza por ser sencilla, bella y útil a la vez. Cuando conocemos que detrás de esa gran idea hay una idea más sencilla de lo que sospechamos, como la que un niño se hace al observar un rehilete o el movimiento de las nubes, nos sorprenden aun más que provengan de aquellos grandes genios que la humanidad ha conocido. Ejemplo de ello, son los descubrimientos de Albert Einstein en problemas tan sencillos como estudiar el comportamiento de los granos de azúcar cayendo en su café de todas las mañanas, el caer de un elevador o calcular la posición de una estrella. Suenan disparates, pero tres célebres ensayos[1] escritos en 1905 que le dieron el Nobel de Física en 1921, y que, según algunos científicos, le faltaron al menos dos más.

Se dice que Einstein estaba sentado tomando una taza de café con un amigo, observó cómo caían y se comportaban las partículas de azúcar cuando se sumergían en su café. Observó comportamientos extraños de las partículas, y su disolución a lo largo de un rato. Sus estudios sobre el Movimiento Browniano de las partículas[2] le dieron certeza al mundo científico de la existencia de los átomos en la composición de la materia, que hasta entonces estaba en duda.

Su segundo artículo, titulado “Un punto de vista heurístico sobre la producción y transformación de la luz” (no mayor a 10 hojas) proponía que la idea del “quanto” de luz (actualmente se le da el nombre de fotones) demostraba que la luz es a la vez materia y energía. Su teoría sostiene que la emisión de electrones por un material cuando se ilumina con radiación electromagnética, que va desde las ondas de baja frecuencia como las de radio no visibles para los humanos, pasando por la luz visible, los rayos infrarrojos, ultravioleta, los Rayos X y finalmente los Gamma de mayor frecuencia de onda. Este descubrimiento le dio el premio Nobel de Física.

Finalmente, su tercer artículo surgió de un día de verano mientras Einstein miraba por la ventana cuando trabajaba como empleado en el departamento de patentes en Alemania, se imaginó a un hombre tirándose de un edificio y sobre la aceleración que traería consigo. Mientras eso sucedía imaginaba la fuerza de gravedad que tendría si cayera desde un elevador. Tiempo después descubrió que la gravedad no era una “fuerza que jala hacia el centro del planeta” como sugería Newton, sino la deformación del llamado espacio-tiempo producido por un objeto más masivo sobre la trayectoria de un objeto menos masivo. Toda la materia estaba sujeta a esta deformación a la cual llamó singularidad, toda, hasta la luz. Esto fue el desarrollo de la Teoría de la Relatividad General, una teoría que hasta nuestros días pocos científicos la comprenden, pero que está fundamentado en un artículo no mayor a 30 páginas y con matemáticas no tan complicadas, como el propio teorema de Pitágoras[3].

De forma similar, el premio Nobel de Física 2010, otorgado a los físicos rusos André Geiem y Konstantin Novoselov por su contribución en el desarrollo del grafeno, un superconductor de electricidad tan eficiente como el cobre o el silicio pero que no se calienta y es más abundante en cualquier parte del mundo, pues proviene del carbón, extremadamente flexible, transparente y barato[4]. Justamente una década atrás, André Geiem ganó Premio Ig Nobel[5], conocido por algunos como el anti-Nobel, el cual es otorgado por la revista Annals of Improbable Research (AIR) a las investigaciones que consideran inútiles, inverosímiles o por ser grandes farsas. Se lo han ganado engaños como la curación a través de la llamada magnetoterapia, o como los mexicanos Javier Morales, Miguel Apátiga y otros (2009)[6] de la UNAM por producir filamentos de diamante a partir del tequila, o de las también mexicanas Karina Acevedo y Agnes Rocha (2010)[7] del IPN para colectar mocos de ballena con helicópteros a control remoto, o como el propio Gaiem, por inventar un mecanismo para hacer levitar con magnetos a una rana.

Si el Ig Nobel hubiera existido hace más de cinco siglos, seguramente varios genios lo hubieran ganado. Galileo hubiera ganado varios por sugerir que el planeta tierra se mueve alrededor del Sol, o Darwing al sugerir que tenemos un pasado común con los simios, hasta el propio Einstein hubiera tenido el suyo por estudiar los granos de azúcar disueltos en un café.

Pero no es de sorprendernos, la historia nos ha enseñado que las grandes ideas pasan por un periodo del ridiculez, otro de incomprensión u olvido, otro de discusión, y finalmente la aceptación. Sólo las grandes mentes saben a lo que juegan, mientras los demás sólo juzgan que es una pérdida de tiempo en comparación con la rutina de producir dinero en un trabajo estable.





[1] El año de 1905, es conocido en mundo de la física como el “Annus Mirabillis” o año maravilloso debido a los tres grandes ensayos de Einstein sobre el efecto fotoeléctrico (que le daría el Nobel), la Teoría de la Relatividad (que desarrolló el campo de la Astrofísica, la mecánica cuántica y el desarrollo de grandes inventos como los satélites y el GPS) y finalmente sobre el Movimiento Browniano.



[2] Einstein, A., (1905), “Sobre el movimiento requerido por la teoría cinética molecular del calor de pequeñas partículas suspendidas en un líquido estacionario”, Alemania



[3] Einstein, A. (1905), “Sobre la electrodinámica de los cuerpos en movimiento, versión digital en www.fisica2005.unam.mx/index.php?option=com_docman...65...



[4] Algunos ingenieros, empresarios y científicos consideran que este descubrimiento podría ayudar, por ejemplo a que las pilas de las laptops duren más, al evitar convertir la energía en calor y aprovechar de meor manera la electricidad. Imagínate que la pila de tu laptop o celular te duren más de una semana o más sin tenerlas que recargar. Que se desgasten menos los componentes eléctricos y que se abaraten los costos de los productos al no depender del silicato o del cobre para su fabricación.



[5] Ig Nobel es un juego de palabras en inglés que se pronuncia Ignoble que significa innoble o no-noble.



[6] Ig Nobel de Química 2009



[7] Ig Nobel de Ingeniería 2010

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