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jueves, 13 de diciembre de 2012

Breve ensayo sobre la difusión de la ciencia en la Edad Media europea y el mundo Islámico



¿A que le llamamos Edad media?

La caída del imperio romano trajo consigo una nueva configuración de Europa que afectó las formas de generar conocimiento. La fragmentación de dos imperios durante el siglo V de nuestra era, el de oriente y occidente -que aún prevalece para referirse a dos grandes culturas- dio origen al llamado Imperio Bizantino, cuna del catolicismo imperial, y del Imperio de Oriente o Constantinopla, actual Turquía, cuna del expansionismo islámico, fueron manejados durante sus últimos días romanos por dirigentes nefastos que permitieron la entrada de grupos invasores que disolvieron los vínculos imperiales y dieron origen a una época caótica que siglos después Hobbes describiría como el Estado de naturaleza, es decir, la lucha del más fuerte.

A la muerte del emperador Teodosio I, se dividió el imperio romano en dos mitades. A su hijo mayor, Arcadio, le dio el trono del Imperio Romano de Oriente, mientras que a su hijo menor, Honorio lo nombró emperador en occidente. Sabiendo que su hijo era muy joven, nombró al general Estilicón como su tutor. Después de la división del Imperio Romano Occidente quedó conformado por Hispania, Italia, Galia, Britania, el Magreb y las costas de Libia, mientras que Oriente estaba conformado por la península de los Balcananes, Anatolia, Oriente Próximo y Egipto, convirtiéndose con el tiempo en el Imperio Bizantino, denominación tomada de Bizancio, antiguo nombre griego de su capital Constantinopla.

El Feudalismo

Con la disolución de ciudades, como lo fue en la península ibérica por parte de grupos invasores como los suevos, los vándalos y los alanos, o la isla de Bretania por parte de los anglos, los jutos y los sajones, o los burgundios que se dirigieron a Provenza en el valle del río Rhin a través las quemas a las ciudades, ultrajes, robos, asesinatos y demás atrocidades provocaron que muchos de los campesinos tomaran las armas para defenderse y se ofrecieron como soldados a quienes pudieran ofrecerle seguridad para trabajar la tierra y para su prole. Dicho ofrecimiento lo tomaron antiguos jefes del ejército romano que vivían en castillos amurallados, como los marqueses, los condes y duques -posteriormente conocidos como Nobles- pero también por los obispos, cardenales y sacerdotes de alto rango. A partir de un acuerdo mutuo (contrato sinalagmático) de seguridad y producción (auxilium et concilium), conocido como pacto de vasallaje, entre los dueños de la casa (dominum) y los campesinos desposeídos quienes cambiarían su denominación a vasallos o siervos. Esta nueva relación comunitaria dio origen a una nueva forma de producción económica conocido como feudalismo, en referencia al feudo o territorio más las personas que allí vivían. El feudalismo se extendió por todo el imperio occidental desde el siglo V hasta el siglo XVII, justo al inicio de la lucha entre los imperios europeos ya conformados en torno a la iglesia católica.

La difusión del conocimiento

Los escritos de las grandes bibliotecas romanas fueron quemadas por varios grupos nómadas considerados bárbaros, como la biblioteca de Alejandría en Egipto, en el año 415 por parte de grupos cristianos quienes además mataron a su cuidadora, la célebre filosofa y científica Hipatía de Alejandría. Ante tales amenazas, los filósofos y científicos de aquella época se dieron a la tarea de guardar y esconder de las calamidades el conocimiento en papiros y libros en cuevas, castillos y por supuesto, en los monasterios. Fue justamente en estos lugares donde se resguardó el conocimiento científico de los antiguos griegos y romanos notables que hablaban del origen del mundo, de la sociedad, las matemáticas, la naturaleza, la teología, las artes y la ingeniería.

El conocimiento no teológico era limitado, resguardado y hasta prohibido para la mayoría de la población. En un principio se intentó justificar que sólo la religión católica podría unificar a las aldeas y ciudades europeas contra el ataque de los musulmanes. De tal manera que las distracciones jugarían en contra de dicha unión. Es por ello, además de un férreo control político hacia la población, que la religión fue utilizada como parte de la ideología de la unificación de los reinos cristianos, como el bizantino en la alta edad media, pero también en el imperio carolingio en la baja edad media.

Los tiempos de guerra modelaban las formas de ser cristiano, los caballeros surgieron pues, como iconos de la justicia, valentía y fe que la gente valoraba. Los caballeros, hombres que hacían justicia a caballo, se decían que tenían un código de caballerosidad en el cual desenvainaban su espada para proteger a los pobres, a los débiles, a las mujeres y a la religión. Sus hazañas contra villanos eran memorables a tal grado que muchos de ellos llegaron a ser santos, pues la caballería se le comparaba como una consagración en donde se dejaban todas las posesiones para luchar por la justicia, a la par que los monjes se enclaustraban o los saetas y ermitaños buscaban a Dios en las ermitas donde podían pasar años. Hacia el siglo XVI, Miguel Cervantes de Saavedra, un hombre medieval que había luchado en la batalla de Lepanto, escribió la novela cumbre del lenguaje castellano: El Quijote de la Mancha.

Recordemos que el Quijote (por su barbilla era un símbolo de gallardía) era un caballero que buscaba a Dulcinea de Toboso, que sin conocerla previamente se lanzó en una odisea al lado de su fiel escudero, Sancho Panza. El Quijote leyó tanto sobre historias de caballerías gracias a los libros que permitía la inquisición española, puesto que, como mencioné anteriormente, se consideraba parte de la literatura católica. Las odas a su valentía como el Cantar del Mio Cid o el Cantar de Rolando, hablaban de sus travesías, sobre los valores a defender y la fe como garante de cualquier éxito.

Los juglares y trovadores

La forma por la cual el pueblo se enteraba de tales loas, era a través de los trovadores y los juglares. Los trovadores – que proviene del latín vulgar que significaba a inventar literatura- eran por lo general personas de clases privilegiadas que cantaban en lengua occitana, que era una variable de otra lengua de Toulouse, y se distinguían por cantar con su laúd las historias de caballeros, de los acontecimientos de las ciudades por las que pasaba y hasta de las mujeres bellas de las que se enamoraba. Por su parte, los juglares estaban conformados por cantantes de clases bajas cuyo canto se diferenciaba por tener un poco de mayor ironía y socarronería sobre los personajes y los sucesos notables en cada pueblo. Ambos cantantes comunicaban los valores e ironías de la religión, encumbraban héroes, comunicaba las noticias de los pueblos y contaban historias sobre los dilemas que encerraba el feudalismo.

La ciencia

La ciencia en cambio se mantuvo oculta en los círculos religiosos. En Europa abrió su primera universidad, la de Bolonia, hacia finales del siglo XI, siguiendo La Sorbona, Montpellier y Cambridge en 1209. Sin embargo, en el mundo del Islam, ya habían fundado universidades con anterioridad, como la de Al-Karaouine en el 859 de nuestra por la hija de un rico mercader, la Universidad Al-Azahar en Egipto en el 972 y Al Mustansiriya en Bagdad en 1227. La diferencia en la educación era abismal entre la enseñanza cristiana y musulmana, pues mientras que en Cambridge la educación matemática más avanzada era la trigonometría pitagórica, en las universidades islámicas enseñaban el álgebra, los logaritmos, geometría y contaban con los famosos números arábigos que les permitían elaborar difíciles operaciones en poco tiempo. Por su parte, en loas catedrales- donde proviene el término cátedra1- se enseñaba a partir del método de las siete artes liberales esbozado en el libro del Satiricón conocidas como trivium et quatrivium. Es el inicio de la secundaria y la preparatoria para nuestra actualidad, pero la cristianización de estas artes dieron como resultado la escolástica2, que era una corriente que procuraba enseñar la razón y la teología en un mismo campo a partir de las escuelas catedralicias, desde el siglo XI.

Los adelantos científicos y el desarrollo de la literatura se dio gracias a un grupo de comerciantes que viajaban a tierras lejanas: los burgueses. Estos se caracterizaban por vivir en los burgos3 que en pequeñas ciudades cercadas al rededor de fortificaciones que se caracterizaban por su posición estratégica y por la torre de vigilancia de donde proviene su nombre, brindó libertad y protección a comerciantes y artesanos que a su ves los liberaba de las leyes de los feudos. Varios de ellos podían comerciar con pueblos musulmanes y con el tiempo varios de ellos aprendieron prácticas y el idioma de estos pueblos, el árabe o incluso llegaron a cambiar de residencia a países islámicos como en Damasco donde hubieron asentamientos cristianos y judíos donde se respetaron sus costumbres, claro, pagando impuestos a los sultanes musulmanes. Con el paso del tiempo, los burgueses crecieron en poderío y desarrollaron grandes comercios con los países del oriente donde florecieron ciudades como Florencia y Venecia, donde se desarrolló el sistema bancario, la política, la teoría económica y la estandarización de las monedas.

Los adelantos tecnológicos, especialmente marítimos, se dieron gracias a este comercio así como la necesidad de generar educación a un mayor número de personas como en el mundo musulmán, donde la enseñanza del Corán obligaba a todos a leer en esa riquísima lengua, en cambio, la enseñanza de la religión, como sabemos, era en latín por un cura cuya lengua de origen era una lengua romance, germánica o anglófona. Hacia el siglo XVI, la copia de las enseñanzas del mundo islámico permitieron el avance de los conocimientos, el redescubrimiento de los griegos antiguos, de la ley romana, de los avances chino, de la comida, de la medicina y de los ropajes en un periodo conocido como el Renacimiento. Y es verdad, fue un renacimiento del mundo cristiano ante el lastre de la religión católica como forma fundamentalista de conocer el mundo lo que atrasó Europa y que ahora, ese fundamentalismo islámico atrasa a varios países.



BIBLIOGRAFÍA

CAHEN, Claude (1972), El Islam. Desde sus orígenes hasta el comienzo del Imperio Otomano. Ed. Siglo XXI, España.
DHONDT, Jan (1971), La alta edad media. Ed. Siglo XXI, España.
ROMERO, José Luis (1949) La Edad Media, FCE, México.
Khun, Thomas (1971) Las estructura de las revoluciones científicas, FCE, México.
1Catedral proviene del termino romano Cardo, que significa el punto inicial de la traza de alguna ciudad nueva o exnihilo, por la cual se trazarán las dos grandes avenidas perpendiculares que darían inicio al centro de la ciudad.
2Proviene del término latino skola, que paradójicamente significa ocio.
3Proviene de la lengua germánica burgus, ciudad o castillo y a su latinización.

sábado, 1 de diciembre de 2012

Reflexión sobre la izquierda mexicana actual

Cuando un partido político de izquierda no cuenta con una clase obrera y campesina organizada y que controle los medios de producción, entonces las marchas, mítines y protestas se seguirán dando como medio de lucha visible. Pero las consecuencias son diferentes, hoy no se puede luchar por el poder con poder, sino con consignas.

martes, 20 de noviembre de 2012

El Buen Fin de la revolución mexicana

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Este fin de semana el capital oligopolico de este país conmemoró a su manera un evento para intentar borrar la conmemoración de la Revolución Mexicana. Desde una propuesta del circo televisivo llamado Iniciativa México, es que surge la idea de hacer un fin de semana en el cual se adelanta la mitad del aguinaldo a los trabajadores de unas empresas y a los burócratas del gobierno federal para tener la oportunidad de gastarlo en artículos de consumo. Curiosamente, esta “fiesta de las ofertas” ha coincidido con la conmemoración de la Revolución mexicana por dos años consecutivos.

El Buen Fin, juega así un rol en la semiótica patriotera a la que nos han acostumbrado desde la década de los 30's, en la cual recordamos el mito en torno al cual las élites entienden la revolución mexicana a través del rituales masivos conocidos como desfiles militares. Durante la fase autoritaria del partido de Estado, el PRI, se obligaba a los trabajadores, campesinos, burócratas y militares a asistir a los eventos del 20 de noviembre en la plancha del Zócalo para generar un ambiente de realidad virtual en donde se encumbraba la figura del presidente como un agente articulador del corporativismo al que le dan el nombre de “unidad nacional”. Para los gobiernos de la burguesía política, es decir, del PAN, el cambio en el ritual de la revolución comenzó a tener cambios sutiles pero de fondo. En primer lugar, durante el gobierno del tribilín de las botas de charol, esta conmemoración dejó de ser parte del calendario festivo obligatorio. Posteriormente, para los festejos del bicentenario de la revolución, el presidente del plomeo, organizó una feria estilo fandango para que el pueblo disfrutara de los personajes de la revolución tal y como se hace en cualquiera de los parques de Disney, descontextualizando la lucha y desvirtuando las contradicciones sociales hasta el nivel de una anécdota épica y distorsionada de la realidad. El desgarriate aquel, propio de la educación neoliberal, fue seguida de la figura de acción más grande del país, la cual ya se encuentra amontonada en alguna bodega, y de la obra cumbre del saqueo de los oligarcas neoliberales, me refiero a la Estafa de Luz en forma de galleta suavicrema.

Para rematar el paroxismo, las subsecuentes celebraciones tuvieron como margen la celebración del Buen Fin, para quienes la contrarrevolución les hizo justicia. En ella, sólo las grandes cadenas del retail y los bancos se pusieron de acuerdo con el gobierno para la entrega de la mitad del aguinaldo. Para alentar las ansias de consumo de los trabajadores, han creado una campaña que alienta la compra desmedida de accesorios tecnológicos, ropa “de marca” y otros enceres bajo la promesa de comprarlos en una temporada inaudita de rebajas, ofertas y pagos de hasta 18 meses si usan la tarjeta de crédito. Luego de esta tomadura de pelo -por decirlo menos- es el momento de dejarle los festejos al gobierno de los 60 mil muertos.

Resulta irónico que pareciera ésta una estrategia para desviar la atención del descontento generalizado de los trabajadores mexicanos, que previo a la conmemoración de la revuelta contra las injusticias de la dictadura porfirista y de la instauración de gobiernos mezquinos contra las que el pueblo se levantó. Parecen escupirnos en la cara mientras nos ofrecen créditos y banderitas como paliativo a las verdaderas demandas del pueblo: justicia, igualdad y dignidad.

viernes, 29 de junio de 2012

Frase del día

Algunos consideran a la sátira como expresión de la represión, otros en cambio, lo vemos como un síntoma de la lucha por la libertad

jueves, 28 de junio de 2012

El nuevo pacto de vasallaje de la democracia mexicana


Las elecciones presidenciales del 2012 parecen exacerbar los síntomas sociales representados en su clase política: autoritarismo, gandallería e ignorancia. Los candidatos y sus partidos muestran una forma social válida de hacer política, esto es, la organización colectiva para lograr ciertos fines a través del consenso o de la coacción, en la cual se muestra la fuerza electoral a través de la sumatoria de manifestantes que corean frases y nombres del candidato, uniformados y acríticos, como el monstruo del Leviatán de Hobbes.



La relación establecida entre los candidatos y sus electores recuerda mucho al pacto de vasallaje de la fase feudal, que establecían los señores con sus vasallos y los señores con el rey para convertir a los vasallos en siervos del rey una vez que los señores se convirtieran en cortesanos del rey. El pacto de vasallaje se originó en la temprana edad media, cuando la fortaleza del imperio romano comenzó a menguar debido a la ineptitud de los emperadores del imperio romano de oriente y occidente (que por cierto, aquí proviene la expresión de la cultura oriental y occidental) y los llamados pueblos bárbaros saquearon pueblos, violaban mujeres y hacían los caminos peligrosos. Los campesinos y artesanos de las aldeas del imperio que no tenían formación militar -puesto que el arte de la guerra estaba restringida a los guerreros romanos libertos- debieron refugiarse en castillos donde vivían los militares de alto rango para protegerlos. Esto llevó a establecer un pacto entre los dueños de estos castillos, es decir, los dominum1 -es decir quien era propietario de un espacio determinado- y los vasallos2 establecieron un acuerdo de protección por parte del Señor contra las hordas de invasores bárbaros no cristianos, a cambio de que los vasallos se encargaran de mantener las cosechas, la comida, utensilios artesanales y tributos que sirvieran a la reproducción de la vida dentro del feudo.

Además de los Señores feudales de rango militar, existían otros señores feudales que representaban a la iglesia, tales como los cardenales y obispos. El pacto de vasallaje era prácticamente el mismo, aunado al pacto de cristianismo. Con el paso del tiempo estos señores fueron adquiriendo mayor prestigio y poder con el surgimiento y fortalecimiento de la burguesía, y usando a la religión cristiana como símbolo de unidad contra los musulmanes que atentaban los dominios occidentales y que le dio tanto poder al Vaticano.

El único conocimiento válido era el que se dictaba en las catedrales (de donde proviene la palabra cátedra) a través de la escolástica, como método de aprendizaje, no de critica a los dogmas cristianos sino a la retórica utilizada para fortalecer los dogmas, como que “las cosas de la razón esconden lo que dice Dios y las cosas de Dios van más allá de la razón”.

Partiendo de esta breve semblanza del feudalismo en tanto sistema de producción y de relación social, tomaré el caso de la relación social feudal en un sistema de producción capitalista periférico como es el caso mexicano para describir las relaciones candidato-simpatizantes y clase política-sociedad civil. En efecto, si analizamos las formas simbólicas que establecen los candidatos con sus simpatizantes se pueden encontrar ciertos pactos de vasallaje en la cual, el señor o señora candidat@ dueño de la verdad y representante del partido, establece un pacto de gobierno con los simpatizantes-vasallos en la cual se compromete a mantener o cambiar el orden y la vida del país a cambio de su voto y obediencia. Para ello, es necesario la alienación de las verdades absolutas del candidato@ y toda crítica sería considerada traición. La mística de la autoridad y poder relativo del candidato presidencial es demostrada a través de la imagen de los spots y carteles, breves y simplones para los vasallos poco letrados.

La autoridad suprema del señor candidato nunca debe ser puesta en duda, pues él o ella son los únicos capacitados para gobernar y ay de aquel que pretenda hacerse del poder para lo siervos. El señor o señora candidat@ dice representar las necesidades de su vasallaje sin que éstos si quiera estén representados, pues una vez que el señor feudal se convierta en rey, todos los demás feudos serán sus siervos de forma mística, tal como la legitimidad en base a votos lo establece o ¿ alguien duda de la infalibilidad del IFE como la del papa? para de una vez ir preparando el fuego que lo haga arder el las llamas del infierno.



1Dominium que proviene del latín, Domus que significa casa, tiene que ver con el espacio que se abarca, tal como los rayos del Sol. De ahí se desprende el verbo dominar, es decir, una acción de mantener la pertenencia de las cosas que existen en un espacio determinado. Después se fue acortando y castellanizando al grado que hoy se derivan las palabras don y doña. Por su parte Senior, que en latín significaba 'el de mayor edad', que deriva de la palabra senex o senis, que significa anciano, y de donde proviene la palabra Senado o 'reunión de ancianos'. En Roma era un ciudadano soldado considerado a partir de los 45 años. En el francés monsieur, o mi señor proviene de esa época feudal y del pacto de vasallaje aquí descrito.
2Vasallo proviene del celta gwasi y significaba criado, mozo o joven. Nótese que la significación entre joven y mozo era igual en tiempos del eslavismo y del feudalismo.

sábado, 28 de abril de 2012

Estado laico en México: entre la libertad religiosa y la lucha por el poder hegemónico

Desde tiempos prehistóricos, las comunidades humanas han estado expuestas a los peligros naturales, por lo que el conocimiento de la misma ha significado el desarrollo de la civilización. El control de los ciclos de crecimiento de las plantas, el conocimiento de las migraciones de los animales de caza, los eclipses, las mareas, y los demás saberes han permitido al hombre establecer ciudades a partir del dominio del ambiente dejando en buena medida, ser presa de ella. Con el paso del tiempo, este conocimiento permitió la diferenciación de ciertas personas con respecto a los demás oficios de las comunidades. Los brujos y chamanes, surgieron pues, como los primeros explicadores y manipuladores de las “fuerzas místicas” de la naturaleza. Poseían un conocimiento privativo sobre las plantas medicinales, el clima, el tiempo y hasta las guerras, que les permitía ligarse a los grupos de poder de las comunidades a las que pertenecían. Posteriormente, el pensamiento animista -es decir, que cada cosa tiene un alma o propiedad espiritual- fue complejizandose al punto que surgieron las primeras ideas que intentaron unir los caprichos de la naturaleza con el narcisismo de las personas, formando así las primeras religiones.

De esta manera, tanto brujos como sacerdotes, compartían “dones” sobre el conocimiento y manejo de las almas de la naturaleza y sobre el espíritu divino, respectivamente. Su labor permitió servir como aliciente de la curiosidad momentánea de algunos y el delirio esquizoide de otros, sin embargo, las contradicciones surjidas entre la realidad y la creencia, comenzaron a hacerse evidentes casi al tiempo que las religiones iban surgiendo. Con el paso del tiempo, los gobernantes conocieron la importancia da “la verdad absoluta” como forma de legitimar su poder ante la colectividad, por lo que vieron la oportunidad de acumular cargos de autoridad política y militar con la autoridad religiosa. Y ejemplos de ello hay varios, por lo que sólo mencionaré tres, por cuestiones de tiempo, a saber: los egipcios antiguos, la Francia de los Luises y el Estado mexicano actual. Con estos ejemplos, pretendo fundamentar mi argumento respecto a a las ideas que se han venido debatiendo para la defensa del Estado laico que, bajo la premisa de “libertad religiosa”, se esconde un artilugio legal que esconde la imperiosa necesidad de los grupos conservadores que apremia al control de los aparatos ideológicos del Estado por parte de la clase hegemónica actual, para mantener privilegios que una clase parasitaria y oportunista desea volver a vivir como en tiempos de la Nueva España.

Los Faraones.

Los faraones egipcios llegaron a generar una idea del poder absoluto e incuestionable, a partir de hacer creer, y hasta convencerse ellos mismos, que eran descendientes directos del dios Ra. Así, impresionaban en ocasiones a su séquito, cuando podían predecir la subida del río Nilo, que permitiría crecer la agricultura del Alto Egipto y del Bajo Egipto que se desarrolló a sus orillas por más de 3 mil años. En ocasiones, sus predicciones no eran tan acertadas, en particular, en tiempos de sequía, por lo que su “poder divino” se veía en entredicho. Sin embargo, las personas más cercanas a los faraones sabían perfectamente que ni eran dioses, ni humanos superdotados, sólo gobernantes que heredaban el poder y que repetían los conocimientos ancestrales que los chamanes y otros observadores les dejaron. Esto acabó, cuando la última faraona de Egipto Cleopatra X -que por cierto, ya no era egipcia, sino griega- fue vencida por Marco Antonio para ser anexado el territorio a Roma hacia el año 300 antes de nuestra era. Sus dioses fueron sustituidos rápidamente por dioses paganos, luego por cristianos y finalmente por musulmanes, siendo constante el uso político de la religión como control de las masas subordinadas. En la actualidad, grupos musulmanes pretenden hacerse del poder en Egipto, usando la consigna de establecer un estado islámico y controlar así el comportamiento y las leyes de toda una población para que piense y actúe tal como los jerarcas islámicos les digan.

Francia. De Luis XIV a Luis XVI

El segundo ejemplo, se refiere al gobiernos absolutista de los reyes de Francia hasta antes de la revolución burguesa de 1789. Luis XIV, que reinó los reinos de Francia desde el año de 1643, inició una reconfiguración del poder feudal que dieron paso al absolutismo. La pericia de este gobernante, fue empobrecer a los señores feudales quitándoles sus tierras, a cambio, de vivir en el palacio de Versalles como cortesanos del rey. De ahí, que el reinado de los Luises fuera absoluto, es decir, dueños de los terrenos feudales de todo el territorio. Este poder absoluto, pudo consolidarse hasta que fueron incluidos los obispos y arsobispos a la corte del rey, dando con ello, el inicio de la tradición cristiana de coronarlos en la iglesia de Notre Dame, dando con ello la postrimería que sostiene que el poder de los reyes proviene de dios. No obstante, a partir de un movimiento intelectual que conllevó a difundir el conocimiento más adelantado a las masas, conocido como Enciclopedia, es como se dio inicio a lo que varios años después dio las bases para que los burgueses que comprendían el tercer estamento (o estado) se levantaran en armas contra la voracidad del rey y los obispos (primer y segundo estamento, respectivamente) para cobrarles más impuestos al pueblo, exceptuando a los nobles y a la iglesia. El final de la frivolidad del estado absolutista, conllevó a la laicidad del poder, en donde sólo de los ciudadanos proviene el poder político y no de una divinidad. Ciertamente, los tiranos que reinaron con posterioridad rompieron con los principios de la revolución burguesa sobre la Libertad, Igualdad y Fraternidad. Sin embargo, y a pesar de los intentos por regresar a la monarquía, la laicidad del Estado francés ha prevalecido hasta nuestros días.

México ¿gobierno teocrático o laico?

Los fenómenos anteriormente enunciados, parecen describir un comportamiento regular del poder hegemónico, en tanto, bloque de dominación del sistema político de la sociedad. Por supuesto, México no es la excepción. La historia de la vinculación estrecha entre el curul y el púlpito se remonta a la época de las culturas prehispánicas. Por ello, quizás el paso ente Quetzacóatl a Jesús de Nazareth no rompió del todo con los símbolos del poder teocrático de la Nueva España.

La iglesia católica europea replicó su influencia en el nuevo continente tal como lo venía haciendo con las coronas europeas e inició la dominación ideológica convirtiendo a los indígenas al cristianismo al mismo tiempo que destruía sus raíces culturales. Desde entonces, a más de 500 años de sumisión masiva, los pueblos indígenas siguen siendo mantenidas en el atraso tecnológico y económico. La sumisión “en el nombre de dios y la virgen de Guadalupe” ha permitido por un lado la explotación de la mano de obra para construir templos y mantener súbditos; expropiación de terrenos históricos; régimen de excepción fiscal; control en base a chantajes en pequeñas comunidades y manejo de escuelas, hospitales, cementerios y albergues.

El acuerdo con el poder político para permitir la ociosidad de los obispos a costa del trabajo de sus propios curas, es la obediencia. Es decir, el límite de permisividad se encuentra en la abstención de la crítica hacia el gobierno. Esto debieron padecer los jesuitas del siglo XVIII y XIX que fueron expulsados de Portugal, España y México cuando alcanzaron tal poder, debido a sus curas altamente educados, que pudieron oponerse a la voracidad de los reinos y del Papa.

Benito Juárez García, tuvo a bien apartar a la santa clase ociosa del progreso de la nación. Supo confiscar los bienes objetivos que les brindaban un poder real a los obispos en las regiones, y les quitó buena parte de los servicios que actualmente ofrece el Estado mexicano. Retomaron la bandera, con un pensamiento más avanzado, los presidentes Lázaro Cárdenas y Adolfo López Mateos. Desde entonces, la lucha permanece y no parece tener fin.

La historia reciente mostró el problema estructural que les he venido comentando. Cuando Carlos Salinas de Gortari, urgió a  integrar una red de protección política que le permitiera gobernar a pesar de la carencia de legitimidad para enmendar el cargo, buscó el apoyo del clero y el Vaticano para apaciguar a las masas sedientas de justicia. Pactó la reforma al artículo 30 de la Constitución, que les reabrió la puerta al control de los aparatos ideológicos del Estado mexicano, como las escuelas y los hospitales. Pero fue hasta Vicente Fox que incluso les abrió las puertas a las Fuerzas Armadas, donde la amenaza de la dominación bajo términos sumisión e ignorancia que comenzaron las reformas al sistema educativo. Más creencia y menos ciencia, más mercado y menos filosofía, más sumisión y menos revolución.

En consecuencia, la defensa del Estado laico no sólo es un ideal jurídico o una consigna electorera, es la defensa del poder civil, incluyente y plural por encima de los intereses facciosos, excluyentes y necios de la jerarquía católica principalmente. Es permitir que exista un ambiente respetuoso y tolerante de ideas, por más contradictorias que sean, pero que se permita su libre discusión. Es poder creer y pensar en lo que uno crea justo y correcto, que crea en la verdad que mejor le parezca. Es pues, comprender que en una sociedad tan compleja y poblada como la nuestra no puede caber más una idea única de la verdad.

Finalmente, como diría el François Marie Arouet, mejor conocido bajo el seudónimo de Voltaire: “Una colección de pensamientos debe ser una farmacia donde se encuentra remedio a todos los males”.

jueves, 5 de enero de 2012

El Sol y el Gobierno. Ensayo sobre los gobierno solares


Dóminos e Regnum, el dominio y el régimen, el sol y el rey, ambos arquetipos universales de la concentración del poder. El Sol es el astro que inunda de luz, calor, vida y muerte a nuestro cielo terrestre. Sus rayos compuestos por el choque entre varias particular de hidrógeno y helio, conocidos como fotones, que bajo altas condiciones de calor y presión provocan efectos luminosos, gravitatorios, caloríficos entre otros. En contraste a lo que el sentido común y el racionamiento simple comprenden, la luz del sol no es sólo luz y calor en forma de éter divino, es el choque cuántico de átomos rotos que generan a su vez energía compuesta de luz y calor de manera constante, pero no inagotable. Incluso nuestro Sol tendrá un final en algunos miles de millones de años más, como lo han tenido otras estrellas que hemos podido observar gracias a aparatos especiales para su detección.



En varias culturas se han generado varios mitos en torno a la simbología solar, y para algunas resulta inevitable atribuirle características divinas, poéticas, biológicas e incluso políticas. Los egipcios, asirios, sumerios, mayas, incas, así como sus sucesores y otros, edificaron gobiernos autocráticos fundamentados en la simbología solar y de esta manera, dioses como Ra, Assur, Utu, Kukulcan e Inti, respectivamente tenían sus correspondientes en el nivel terrenal como faraones, Sakanur, Ahaw e incas para darle nombre a sus radiantes gobernantes solares.

Durante el oscurantismo cristiano, que precedió a la caída del Imperio Romano, se retornó a la idea Ptoloméica respecto a la centralidad de la Tierra para con los demás planetas. Se basaba en una idea de percepción respecto al movimiento relativo de los demás astros observables, los cuales tenían un movimiento circular mientras la Tierra se mantenía estática. Claro, la velocidad constante no se percibe. El acoplamiento de esta teoría astronómica a la mitología cristiana, que ya había sido rebasada por los mismos griegos, se debió a dos razones fundamentales: 1. que la Biblia no hacía referencia al movimiento de los astros, por lo que no podía explicar una de las tantas cosas que no puede explicar un libro de creencias históricas y, 2. que se ajustaba a la creencia de la perfección y centralidad que necesitaban los líderes eclesiásticos para justificar su poder y narcisismo, así como para contrarrestar sus errores ante los pueblos y gobernantes incultos.

Galileo fue uno de los primeros científicos que rebatió la idea geocéntrica dominante en la Italia del siglo XVI, claro, so pena de excomunión, destierro y muerte. Sin embargo, tras un elegante arreglo diplomático con su inquisidor y hasta entonces amigo, tuvo que desdecirse de sus argumentos y de las evidencias que enfrentaban las creencias o mejor dicho, la ignorancia de los inquisidores, rematando con lo que dicen algunos que entre dientes dijo “epure si move” o sin embargo se mueve.

Gobernar proviene de la lengua griega que hace referencia al timón de un barco. El gobernante era aquel que no sólo guiaba la dirección del barco, sino que además ejercía la coordinación de las actividades, enjuiciaba a los sublevados, planeaba la estrategia para la defensa del barco,se encargaba de negociación comercial, así como las relaciones navales y políticas que se necesitaban para llevar a cabo las labores del objetivo del barco. El gobernante era el tripulante de mayor experiencia y reconocimiento de todos, pues además contaba con el mayor número de posesiones materiales y humanas.

Gobernar por tanto, es un aforismo en torno a una forma de ejercer el poder, es decir, la concentración de la toma de las decisiones en una sola persona. Los mexicas en contraste, llamaban Tlatoques a quienes tenían la capacidad de hablar, y Tlatoanis a quienes les pertenecía la palabra, sin embargo también fueron déspota tiranos que esclavizaban pueblos. Desafortunadamente la alegoría heliocéntrica ha sido usada para justificar, una vez más, el autoritarismo en torno a una sola persona.


Así lo hicieron y lo han seguido haciendo las monarquías europeas desde el siglo XIII. Recordemos a una figura emblemática que conjunta las nociones de este brindis, Luis XV el “Rey Sol”, figura representativa de lo anteriormente mencionado.

La revolución francesa intentó derrocar al tirano que había gastado y desgastado al pueblo francés en favor de los caprichos y necedades de la nobleza, el clero y la monarquía. La burguesía primitiva irrumpió en la bastilla y sacó de sus aposentos a la nobleza desde el propio palacio de Versalles, no sólo por justicia, sino por la propiedad y la libertad generar relaciones de interés en base al intercambio de mercancías. Laisse-Faire, Laisse Passé replicaría Montesquieu en su famoso libro “El Espíritu de las Leyes”. Fueron justamente los ilustrados alemanes, franceses e ingleses, varios de ellos aunque no todos, HH de nuestra augusta institución quienes le dieron un sentido filosófico y político para crear y sostener gobiernos centralizados en instituciones y no en personas.

El domingo es el primer día de la semana gregoriana que enmarca el inicio de las labores. Y así como los rayos del Sol no sólo luz inocua, sino partículas rotas que rebotan y generan lo que se conoce como efecto fotoeléctrico, toda forma de poder tiene una base económica. En este sentido, el poder de la burguesía que se había venido gestando al lado del control coercitivo de los militares del siglo XIX y XX, pronto mostró su capacidad de expansión para convertir paulatinamente las relaciones sociales basadas en la servidumbre con el dueño del señorío o de la hacienda, a relaciones basadas en la explotación con el dueño de los medios de producción.

El capitalismo de Estado, como mecanismo epidemiológico del establecimiento de relaciones de interés económico y desinterés en lo humano, pronto se convertirían en la norma para el comportamiento colectivo. Así, el capitalismo se expandió y pudo combinarse tanto con gobiernos “democrático colonialistas” como los Estados Unidos y Gran Bretaña, así como con dictaduras militares, sistemas burocrático-autoritarios, democracias incipientes, imperios orientales o como ocurre actualmente, con democracias electorales como la mexicana, esa loca travestida por muchos reverenciada.

Cuando un sistema político se expande es necesaria la centralización del poder para que el sistema no fenezca. Por ello, las actuales consecuencias de la expansión de capitalismo, reforzadas tras la caída del Estado Burocrático Estalinista al que los intelectuales burgueses mal llamaron Comunismo, trajo consigo la apertura de sistemas políticos que abanderaran la versión burguesa de la democracia. Dado que los burgueses, neoliberales o empresarios -todos son lo mismo-no leen y por tanto prefirieron la simplificación a la complejización de las cosas -tal como funciona su mente- lograron imponer su visión simplista de la democracia basada en votos cuantificables que dan poder. Tal como la acumulación del capital diferencia al pobre del rico, y al rico del magnate.

Hoy seguimos cometiendo errores similares a la de nuestros antepasados del siglo X, cuando pensamos que el cambio de un personaje por otro transformará las condiciones de injusticia y desigualdad que nos aquejan. Tan absurdo es este postulado, como seguir atribuyéndole al Sol un significado divino al cual debiéramos alimentar con sacrificios humanos para evitar su furia. Hoy nuestros políticos llaman a generar unidad a una sociedad dividida en clases, etnias, géneros y nacionalidades; buscan la paz por el camino de las armas; proponen bienestar privatizando bienes; intentan establecer el Estado de Derecho por encima del derecho de los pueblos; pretenden imponer sus razones por encima de las evidencias, la ignorancia por encima de la razón, magia por encima de la ciencia, el camino del terror por encima de la paz como camino.

El próximo año tendremos elecciones presidenciales. Los anuncios nos invitan a comprar un producto que depende de su envase y no de su contenido. Podremos elegir a quien nos gobierne bajo el mecanismo de consulta pasiva, al que llamamos votos. Además podremos gozar de los estimulantes discursos que alimentan nuestros delirios esquizoides colectivos como la posibilidad de cambio a través del voto, del imperio de la justicia con más leyes, de la reducción de las desigualdades eliminando impuestos o del arrepentimiento de nuestros adversarios tras escuchar nuestras eufóricas porras y consignas estereotipadas. ¿Ya empezaron a sentir cómo la locura invade nuestras terminales nerviosas?


La historia nos ha dado evidencias de que los cambios fundamentales, se deben a la organización colectiva y no a la esperanza de muchos. Ni siquiera es necesario convencer ni a la cuarta parte de la población para empezar una revolución. Organización por encima de spots brillantes, un partido revolucionario por encima de un club de burócratas hambrientos de autoridad, una dirección integrada por la vanguardia de la clase trabajadora, de sus intelectuales, de sus estudiantes, campesinos, por encima de la triste enfermedad infantil del nacionalismo.
La energía del Sol está fundada en la energía que produce la concentración de pequeños átomos que le proveen de energía nuclear lo suficientemente duradera y extensa como para llegar a varios miles de millones de años luz. Lo mismo podría ocurrir con la organización de muchos para lograr el cambio de todo.