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domingo, 3 de octubre de 2010

Análisis sobre las elecciones presidenciales de Brasil


El próximo domingo 3 de octubre se llevarán a cabo elecciones generales en Brasil, incluida la elección presidencial. Se elegirán a los 26 gobernadores de los estados brasileños, 54 de 81 miembros del Senado y a los 513 diputados federales.
Desde enero del 2003, Brasil ha sido gobernado por el ex líder del sindicato de obreros metalúrgicos de Sao Paulo, Luiz Inacio “Lula” da Silva, del laborista Partido dos Trabalhadores (PT). La popularidad y el respaldo a las políticas de Lula, han ido en aumento desde que tomó posesión en su primer periodo, llegando en la actualidad, según diversas encuestadoras, a un 80% del respaldo de la opinión pública. Por ello, Lula, se ha convertido en un referente tanto para los electores como para los candidatos.
Son nueve los candidatos que compiten por la presidencia del país, sin embargo, sólo tres los que encabezan las preferencias, dos de los cuales son mujeres. La primera, según varias de las encuestadoras de opinión, es Dilma Roussef, (PT) hija de un comunista búlgaro, guerrillera en su juventud durante la dictadura (1964-1985) torturada y presa por tres años durante el gobierno militar. Durante el gobierno de Lula se desempeñó como ministra-jefe de la Casa Civil (Secretaria de la Presidencia). Es la heredera de la política oficial, y que según varios analistas representará una mayor participación del Estado en la economía y la continuación de programas sociales y laborales.
Por su parte, José Serra del Partido Social Demócrata Brasileño (PSDB), doctor en Economía, ex gobernador de Sao Paulo, ex diputado y ex alcalde de la ciudad de Sao Paulo, un político con la trayectoria más amplia, pero un fracaso como candidato. Fue ministro de Salud durante el gobierno de Fernando Henrique Cardoso, pero éste último, ha brillado por su ausencia en la campaña. Serra representa los intereses de la burguesía y de la oligarquía regional brasileña, busca mantener el camino del libre comercio del presidente Lula, pero ahora ni su partido, lo apoya dado el pronóstico de un fracaso histórico.
Finalmente, Marina Silva, del Partido Verde (PV), ex ministra del Medio Ambiente del gobierno de Lula, y activa defensora de la selva amazónica, se cambió del PT al PV por diferencias en el tema de la intervención de las empresas productoras de biodisel en la Amazonia. Silva es apoyada por los partidos de izquierda como el Partido Comunista Brasileño (PCB), Partido Socialismo y Libertad, entre otros.
Las políticas públicas impulsadas por el gobierno de Lula han dejado un disenso entre la izquierda y una sorpresa para la derecha brasileña. Por un lado, la izquierda esperaba cambios más radicales en la conducción de programas laborales y sociales, en cambio, Lula propuso una serie de medidas conservadoras, como la reforma al sistema de pensiones que ha entregado a los bancos las remuneraciones de los trabajadores, lo que le llevó a la fractura dentro de la propia alianza que lo llevó a la presidencia, como lo es el Partido Verde que actualmente apoya la candidatura de Marina Silva, ex ministra de Medio Ambiente del gobierno de Lula.
Por otro lado, el presidente Lula, ha sabido ganarse el respeto tanto de la derecha brasileña como de la izquierda latinoamericana. El aumento de los salarios de los trabajadores en más del 60%, la creación de 14 millones de empleos, el desarrollo de la educación y la tecnología, así como el comercio de productos agrícolas, y por supuesto, el alejamiento de las políticas de Washington han colocado a Brasil en el líder latinoamericano y del propio BRIC, y a su presidente en uno de los líderes con mayor influencia mundial según la revista Times.
Por ello, es importante estar al pendiente de las elecciones presidenciales en Brasil, puesto que a nivel regional se están jugando cuatro grandes temas, a saber: a. El balance en el poder de los gobiernos de centro-izquierda en Sudamérica; 2. El poder de los movimientos sociales brasileños y su capacidad para satisfacer sus demandas; 3. El futuro de los gobiernos de izquierda (Venezuela, Bolivia, Argentina y Cuba particularmente); 4. La inversión público-privado en la dinámica de la economía brasileña.
Las casa encuestadoras apuntan a que Dilma ganará la primer vuelta con alrededor del 50% de las preferencias electorales, por encima de su contendiente José Serra con menos del 30%, seguido por Marina Silva con alrededor del 15%.
Finalmente, estas elecciones demostrarán una vez más, que existen alternativas viables y exitosas a las políticas neoliberales, que se avanza más con la inversión pública hacia las necesidades sociales que permiten una mejor participación en los mercados.

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