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jueves, 13 de diciembre de 2012

Breve ensayo sobre la difusión de la ciencia en la Edad Media europea y el mundo Islámico



¿A que le llamamos Edad media?

La caída del imperio romano trajo consigo una nueva configuración de Europa que afectó las formas de generar conocimiento. La fragmentación de dos imperios durante el siglo V de nuestra era, el de oriente y occidente -que aún prevalece para referirse a dos grandes culturas- dio origen al llamado Imperio Bizantino, cuna del catolicismo imperial, y del Imperio de Oriente o Constantinopla, actual Turquía, cuna del expansionismo islámico, fueron manejados durante sus últimos días romanos por dirigentes nefastos que permitieron la entrada de grupos invasores que disolvieron los vínculos imperiales y dieron origen a una época caótica que siglos después Hobbes describiría como el Estado de naturaleza, es decir, la lucha del más fuerte.

A la muerte del emperador Teodosio I, se dividió el imperio romano en dos mitades. A su hijo mayor, Arcadio, le dio el trono del Imperio Romano de Oriente, mientras que a su hijo menor, Honorio lo nombró emperador en occidente. Sabiendo que su hijo era muy joven, nombró al general Estilicón como su tutor. Después de la división del Imperio Romano Occidente quedó conformado por Hispania, Italia, Galia, Britania, el Magreb y las costas de Libia, mientras que Oriente estaba conformado por la península de los Balcananes, Anatolia, Oriente Próximo y Egipto, convirtiéndose con el tiempo en el Imperio Bizantino, denominación tomada de Bizancio, antiguo nombre griego de su capital Constantinopla.

El Feudalismo

Con la disolución de ciudades, como lo fue en la península ibérica por parte de grupos invasores como los suevos, los vándalos y los alanos, o la isla de Bretania por parte de los anglos, los jutos y los sajones, o los burgundios que se dirigieron a Provenza en el valle del río Rhin a través las quemas a las ciudades, ultrajes, robos, asesinatos y demás atrocidades provocaron que muchos de los campesinos tomaran las armas para defenderse y se ofrecieron como soldados a quienes pudieran ofrecerle seguridad para trabajar la tierra y para su prole. Dicho ofrecimiento lo tomaron antiguos jefes del ejército romano que vivían en castillos amurallados, como los marqueses, los condes y duques -posteriormente conocidos como Nobles- pero también por los obispos, cardenales y sacerdotes de alto rango. A partir de un acuerdo mutuo (contrato sinalagmático) de seguridad y producción (auxilium et concilium), conocido como pacto de vasallaje, entre los dueños de la casa (dominum) y los campesinos desposeídos quienes cambiarían su denominación a vasallos o siervos. Esta nueva relación comunitaria dio origen a una nueva forma de producción económica conocido como feudalismo, en referencia al feudo o territorio más las personas que allí vivían. El feudalismo se extendió por todo el imperio occidental desde el siglo V hasta el siglo XVII, justo al inicio de la lucha entre los imperios europeos ya conformados en torno a la iglesia católica.

La difusión del conocimiento

Los escritos de las grandes bibliotecas romanas fueron quemadas por varios grupos nómadas considerados bárbaros, como la biblioteca de Alejandría en Egipto, en el año 415 por parte de grupos cristianos quienes además mataron a su cuidadora, la célebre filosofa y científica Hipatía de Alejandría. Ante tales amenazas, los filósofos y científicos de aquella época se dieron a la tarea de guardar y esconder de las calamidades el conocimiento en papiros y libros en cuevas, castillos y por supuesto, en los monasterios. Fue justamente en estos lugares donde se resguardó el conocimiento científico de los antiguos griegos y romanos notables que hablaban del origen del mundo, de la sociedad, las matemáticas, la naturaleza, la teología, las artes y la ingeniería.

El conocimiento no teológico era limitado, resguardado y hasta prohibido para la mayoría de la población. En un principio se intentó justificar que sólo la religión católica podría unificar a las aldeas y ciudades europeas contra el ataque de los musulmanes. De tal manera que las distracciones jugarían en contra de dicha unión. Es por ello, además de un férreo control político hacia la población, que la religión fue utilizada como parte de la ideología de la unificación de los reinos cristianos, como el bizantino en la alta edad media, pero también en el imperio carolingio en la baja edad media.

Los tiempos de guerra modelaban las formas de ser cristiano, los caballeros surgieron pues, como iconos de la justicia, valentía y fe que la gente valoraba. Los caballeros, hombres que hacían justicia a caballo, se decían que tenían un código de caballerosidad en el cual desenvainaban su espada para proteger a los pobres, a los débiles, a las mujeres y a la religión. Sus hazañas contra villanos eran memorables a tal grado que muchos de ellos llegaron a ser santos, pues la caballería se le comparaba como una consagración en donde se dejaban todas las posesiones para luchar por la justicia, a la par que los monjes se enclaustraban o los saetas y ermitaños buscaban a Dios en las ermitas donde podían pasar años. Hacia el siglo XVI, Miguel Cervantes de Saavedra, un hombre medieval que había luchado en la batalla de Lepanto, escribió la novela cumbre del lenguaje castellano: El Quijote de la Mancha.

Recordemos que el Quijote (por su barbilla era un símbolo de gallardía) era un caballero que buscaba a Dulcinea de Toboso, que sin conocerla previamente se lanzó en una odisea al lado de su fiel escudero, Sancho Panza. El Quijote leyó tanto sobre historias de caballerías gracias a los libros que permitía la inquisición española, puesto que, como mencioné anteriormente, se consideraba parte de la literatura católica. Las odas a su valentía como el Cantar del Mio Cid o el Cantar de Rolando, hablaban de sus travesías, sobre los valores a defender y la fe como garante de cualquier éxito.

Los juglares y trovadores

La forma por la cual el pueblo se enteraba de tales loas, era a través de los trovadores y los juglares. Los trovadores – que proviene del latín vulgar que significaba a inventar literatura- eran por lo general personas de clases privilegiadas que cantaban en lengua occitana, que era una variable de otra lengua de Toulouse, y se distinguían por cantar con su laúd las historias de caballeros, de los acontecimientos de las ciudades por las que pasaba y hasta de las mujeres bellas de las que se enamoraba. Por su parte, los juglares estaban conformados por cantantes de clases bajas cuyo canto se diferenciaba por tener un poco de mayor ironía y socarronería sobre los personajes y los sucesos notables en cada pueblo. Ambos cantantes comunicaban los valores e ironías de la religión, encumbraban héroes, comunicaba las noticias de los pueblos y contaban historias sobre los dilemas que encerraba el feudalismo.

La ciencia

La ciencia en cambio se mantuvo oculta en los círculos religiosos. En Europa abrió su primera universidad, la de Bolonia, hacia finales del siglo XI, siguiendo La Sorbona, Montpellier y Cambridge en 1209. Sin embargo, en el mundo del Islam, ya habían fundado universidades con anterioridad, como la de Al-Karaouine en el 859 de nuestra por la hija de un rico mercader, la Universidad Al-Azahar en Egipto en el 972 y Al Mustansiriya en Bagdad en 1227. La diferencia en la educación era abismal entre la enseñanza cristiana y musulmana, pues mientras que en Cambridge la educación matemática más avanzada era la trigonometría pitagórica, en las universidades islámicas enseñaban el álgebra, los logaritmos, geometría y contaban con los famosos números arábigos que les permitían elaborar difíciles operaciones en poco tiempo. Por su parte, en loas catedrales- donde proviene el término cátedra1- se enseñaba a partir del método de las siete artes liberales esbozado en el libro del Satiricón conocidas como trivium et quatrivium. Es el inicio de la secundaria y la preparatoria para nuestra actualidad, pero la cristianización de estas artes dieron como resultado la escolástica2, que era una corriente que procuraba enseñar la razón y la teología en un mismo campo a partir de las escuelas catedralicias, desde el siglo XI.

Los adelantos científicos y el desarrollo de la literatura se dio gracias a un grupo de comerciantes que viajaban a tierras lejanas: los burgueses. Estos se caracterizaban por vivir en los burgos3 que en pequeñas ciudades cercadas al rededor de fortificaciones que se caracterizaban por su posición estratégica y por la torre de vigilancia de donde proviene su nombre, brindó libertad y protección a comerciantes y artesanos que a su ves los liberaba de las leyes de los feudos. Varios de ellos podían comerciar con pueblos musulmanes y con el tiempo varios de ellos aprendieron prácticas y el idioma de estos pueblos, el árabe o incluso llegaron a cambiar de residencia a países islámicos como en Damasco donde hubieron asentamientos cristianos y judíos donde se respetaron sus costumbres, claro, pagando impuestos a los sultanes musulmanes. Con el paso del tiempo, los burgueses crecieron en poderío y desarrollaron grandes comercios con los países del oriente donde florecieron ciudades como Florencia y Venecia, donde se desarrolló el sistema bancario, la política, la teoría económica y la estandarización de las monedas.

Los adelantos tecnológicos, especialmente marítimos, se dieron gracias a este comercio así como la necesidad de generar educación a un mayor número de personas como en el mundo musulmán, donde la enseñanza del Corán obligaba a todos a leer en esa riquísima lengua, en cambio, la enseñanza de la religión, como sabemos, era en latín por un cura cuya lengua de origen era una lengua romance, germánica o anglófona. Hacia el siglo XVI, la copia de las enseñanzas del mundo islámico permitieron el avance de los conocimientos, el redescubrimiento de los griegos antiguos, de la ley romana, de los avances chino, de la comida, de la medicina y de los ropajes en un periodo conocido como el Renacimiento. Y es verdad, fue un renacimiento del mundo cristiano ante el lastre de la religión católica como forma fundamentalista de conocer el mundo lo que atrasó Europa y que ahora, ese fundamentalismo islámico atrasa a varios países.



BIBLIOGRAFÍA

CAHEN, Claude (1972), El Islam. Desde sus orígenes hasta el comienzo del Imperio Otomano. Ed. Siglo XXI, España.
DHONDT, Jan (1971), La alta edad media. Ed. Siglo XXI, España.
ROMERO, José Luis (1949) La Edad Media, FCE, México.
Khun, Thomas (1971) Las estructura de las revoluciones científicas, FCE, México.
1Catedral proviene del termino romano Cardo, que significa el punto inicial de la traza de alguna ciudad nueva o exnihilo, por la cual se trazarán las dos grandes avenidas perpendiculares que darían inicio al centro de la ciudad.
2Proviene del término latino skola, que paradójicamente significa ocio.
3Proviene de la lengua germánica burgus, ciudad o castillo y a su latinización.

sábado, 1 de diciembre de 2012

Reflexión sobre la izquierda mexicana actual

Cuando un partido político de izquierda no cuenta con una clase obrera y campesina organizada y que controle los medios de producción, entonces las marchas, mítines y protestas se seguirán dando como medio de lucha visible. Pero las consecuencias son diferentes, hoy no se puede luchar por el poder con poder, sino con consignas.