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lunes, 7 de marzo de 2011

La reunión de los ajolotes

Los rituales representan la realización del mito. Cuando los seres humanos vivían en las cavernas, se reunían en manadas- a las que llamamos tribus- en torno a la fogata para platicar de los ancestros, de la buena cacería y de sus miedos.




La tribu estaba compuesta por familia de sangre que compartían tradiciones, símbolos y parientes.
Hoy (19 de febrero de 2011, mi tribu, se reunió dentro de la casa que mis abuelos construyeron hace 68 años entre sembradios de maíz y pastizales, que actualmente conforman la colonia Niños Héroes. Las leyendas en torno a los abuelos para recordar los buenos tiempos, sirvieron de pretexto para presentar a las familias que tras su unión matrimonial se conformaron. El pasado nos trajo de vuelta al presente.



No hay guía en los grupos familiares sin raíces históricas y ancianos que las vigilan o las recuerdan. Mis ancianos, los vínculos mas cercanos entre mis ancestros y yo, remontaron sus anécdotas desde sus tatarabuelos hasta sus bisnietos y dejaron ver la conexión o influencia entre todos. Ejemplo de lo anterior fue la conexión entre el abuelo de mi abuelo que era músico, de quien mi abuelo adoptó este mismo arte que influyó en el gusto musical de sus hijos y nietos por la música instrumental y clásica como componente asociativo de la unión familiar. De ahí supongo que mis tíos propusieran que “se bailara y comiera como en aquellas fiestas”, yo les nombro, la edad de oro de la unión familiar.




Al oírlos hablar uno por uno me quedo la impresión de que la situación familiar es una forma distopica -lo que nadie idealizaba como lo mejor- y que por tanto, era necesario el rescate de valores tan importantes como la unión y la buena (aunque no siempre sana) convivencia.
No obstante, hoy pude sentir lo que los lobos sienten cuando terminan de cazar un alce, la protección del grupo, la identificación de los demás por senas similares, distingui sus aullidos, admiré la experiencia de los lobos viejos y vislumbre el futuro en los cachorros, o como mi abuela tiernamente los llamaba los ajolotitos.! Que viva mi tribu por mil años mas!


jueves, 3 de marzo de 2011

Marxismo y Masoneria, ¿filosofias o ciencias compatibles?












Cuando se consulta el Manual del Aprendiz, de Magister, a la Masonería se le define como la “Ciencia de la Moral”, la cual es mencionada en ciertas alegorías y escondida entre varios símbolos como la escuadra y el compás, la regla y el plomo, entre otras. Proceder a través del honor, la búsqueda de la perfección y el deber con el bien de la sociedad humana podrían sintetizar esa moral. Para varios masones, la moral va encaminada al seguimiento de las enseñanzas de un poder superior o los designios escondidos del Gran Arquitecto del Universo. Para otros, es producto de los mecanismos de control social que cada sociedad impone, en un tiempo y espacio determinado a cada uno de sus miembros para vivir con relativa tranquilidad.

La conservación del honor en tiempos de estabilidad o de conservación parecen una tarea insoslayable para cualquier masón que aprecie el orden como imperativo de paz, o al menos como tranquilidad entre guerras. Sin embargo, cuando una sociedad está envuelta en una crisis de valores, económica, política y social el imperativo del orden pareciera perder un significado en la consecución de un imperativo aun mayor que la propia conservación. En contraste, el cambio de una sociedad en crisis parece ahora dominar a todos aquellos que claman por una virtud cardinal: la justicia.

Y aquí me pregunto, ¿es menester de los masones modificar la moral en una sociedad en crisis o resignarse a lo que queda de ella? ¿es necesario seguir leyes cuando estas mismas muestran contradicciones e injusticias? ¿es moral seguirlas aun así? ¿la revolución del sistema social para algo más justo se considera inmoral, aunque se vaya en contra de la moral establecida?

La masonería histórica retomó gran importancia en las revoluciones burguesas de Francia y Estados Unidos, así como en los reformismos de toda Europa y en la construcción de los Estados en América Latina y en la propagación del capitalismo como sistema de producción económica a nivel mundial. Seguir los sueños del laisse faire, laisse passier, encantaron a los liberales del S.XIX como a Benito Juárez García, Simón Bolívar, Porfirio Díaz, Bernardo O´Higgins, Dom Pedro I de Brasil, entre otros tantos líderes latinoamericanos.

Parecía la mejor opción ante el centralismo precapitalista de los países colonizadores. Sin embargo, cuando centramos nuestra producción económica a la mera ganancia a través de la acumulación del capital, desdeñamos la importancia que tiene el ser humano dentro del proceso mismo de generar riqueza. Las necesidades de nuestra sociedad están involucradas de manera indirecta ante los agravios del gran capital, al que no le importa arrasar contra pueblos o biósferas enteras, no importa la etnia, ni la edad, ni el tiempo siempre y cuando la explotación de los trabajadores se mantenga para alimentar las mezquindades de unos cuantos. Para evitar inconformes molestos, la burguesía, que ha adquirido gran poder de compra de voluntades y de gobiernos, ha impulsado leyes que coartan principios masónicos como la libertad, la justicia, la igualdad y la fraternidad y la han trasvestido en libertad de compra y trabajo (si te alcanza y si como si tuvieras otra opción a no trabajar), a la justica si puedes pagarla o tienes acceso a ciertos círculos sociales, a la igualdad siempre y cuando no te afecte la desigualdad con otros, a la fraternidad llamándole orden o últimamente responsabilidad social.

El marxismo, es una ciencia económica, política y social nacida de la filosofía de la justicia ante las contradicciones del capitalismo naciente del siglo XIX. Es a la vez una estrategia política de emancipación del proletariado y del campesinado siempre que éstos generen una conciencia de la misma explotación histórica de la que han sido presa por las clases antagónicas a los intereses de las grandes mayorías nacionales: la burguesía, las oligarquías económicas, terratenientes y las iglesias y las clases subalternas que se creen el cuento de que son ricos también sin llegar a serlo en la realidad por lo que defienden sus propios intereses: la burocracia, el ejército, los gerentes, los capataces, etc.

El cambio de una sociedad no se sintetiza sólo en el cambio de forma de pensar, de la antagonía entre buenos y malos, entre partidos o líderes, ni siquiera si quiera si se cambiara la constitución por otra, El cambio social está altamente relacionado con las formas de relacionarse entre el capital y el trabajo, entre gobiernos y gobernados, entre la ciencia o las creencias, entre la moral y la sumisión.

La sociedad mexicana está viviendo tiempos de crisis y necesidades de cambio. La ruptura social de varios “paradogmas” culturales, tales como el presidente fuerte, los matrimonios entre persona del mismo sexo, el aborto, entre otros tantos, forman parte de esa necesidad de nuevos sentidos y significación de las cosas establecidas.

Hasta este punto, ¿Vale la pena seguir defendiendo la libertad sin buscar el cambio de la concepción de lo que es lo justo? ¿Es moral tener conciencia de lo que ocurre, quejarse, exponerlo ante los demás pero sólo eso? La ciencia de la moral, quizás debe tener sus propios métodos, sus formas de validación, de prueba y error y herramientas de medición propias de cualquier ciencia. No lo sé. Pero creo que la teoría-praxis del marxismo puede ser una fuente de luz para la masonería moderna, puesto que ofrece metodologías tales como el conocimiento de uno mismo, la conciencia del aquí y del ahora, de lo que es moral, de lo que no es moral y de lo que aparenta ser moral; de la búsqueda permanente de la perfección a través de la revolución, y finalmente de la paz como consecuencia de la eliminación de las contradicciones fundamentales del sistema capitalista. Escuadra y compás, hoz y martillo los cuatro son símbolos de construcción, de la clase obrera, de la gente que mueve al mundo.

Pero como cualquier ciencia que se precie de serlo, sólo la experimentación, las evidencias y las comprobaciones objetivas podrían sugerirnos una probabilidad de respuesta que puede ser falseable en cualquier momento y fuera de dogmas.