Buscar este ombligo

jueves, 5 de enero de 2012

El Sol y el Gobierno. Ensayo sobre los gobierno solares


Dóminos e Regnum, el dominio y el régimen, el sol y el rey, ambos arquetipos universales de la concentración del poder. El Sol es el astro que inunda de luz, calor, vida y muerte a nuestro cielo terrestre. Sus rayos compuestos por el choque entre varias particular de hidrógeno y helio, conocidos como fotones, que bajo altas condiciones de calor y presión provocan efectos luminosos, gravitatorios, caloríficos entre otros. En contraste a lo que el sentido común y el racionamiento simple comprenden, la luz del sol no es sólo luz y calor en forma de éter divino, es el choque cuántico de átomos rotos que generan a su vez energía compuesta de luz y calor de manera constante, pero no inagotable. Incluso nuestro Sol tendrá un final en algunos miles de millones de años más, como lo han tenido otras estrellas que hemos podido observar gracias a aparatos especiales para su detección.



En varias culturas se han generado varios mitos en torno a la simbología solar, y para algunas resulta inevitable atribuirle características divinas, poéticas, biológicas e incluso políticas. Los egipcios, asirios, sumerios, mayas, incas, así como sus sucesores y otros, edificaron gobiernos autocráticos fundamentados en la simbología solar y de esta manera, dioses como Ra, Assur, Utu, Kukulcan e Inti, respectivamente tenían sus correspondientes en el nivel terrenal como faraones, Sakanur, Ahaw e incas para darle nombre a sus radiantes gobernantes solares.

Durante el oscurantismo cristiano, que precedió a la caída del Imperio Romano, se retornó a la idea Ptoloméica respecto a la centralidad de la Tierra para con los demás planetas. Se basaba en una idea de percepción respecto al movimiento relativo de los demás astros observables, los cuales tenían un movimiento circular mientras la Tierra se mantenía estática. Claro, la velocidad constante no se percibe. El acoplamiento de esta teoría astronómica a la mitología cristiana, que ya había sido rebasada por los mismos griegos, se debió a dos razones fundamentales: 1. que la Biblia no hacía referencia al movimiento de los astros, por lo que no podía explicar una de las tantas cosas que no puede explicar un libro de creencias históricas y, 2. que se ajustaba a la creencia de la perfección y centralidad que necesitaban los líderes eclesiásticos para justificar su poder y narcisismo, así como para contrarrestar sus errores ante los pueblos y gobernantes incultos.

Galileo fue uno de los primeros científicos que rebatió la idea geocéntrica dominante en la Italia del siglo XVI, claro, so pena de excomunión, destierro y muerte. Sin embargo, tras un elegante arreglo diplomático con su inquisidor y hasta entonces amigo, tuvo que desdecirse de sus argumentos y de las evidencias que enfrentaban las creencias o mejor dicho, la ignorancia de los inquisidores, rematando con lo que dicen algunos que entre dientes dijo “epure si move” o sin embargo se mueve.

Gobernar proviene de la lengua griega que hace referencia al timón de un barco. El gobernante era aquel que no sólo guiaba la dirección del barco, sino que además ejercía la coordinación de las actividades, enjuiciaba a los sublevados, planeaba la estrategia para la defensa del barco,se encargaba de negociación comercial, así como las relaciones navales y políticas que se necesitaban para llevar a cabo las labores del objetivo del barco. El gobernante era el tripulante de mayor experiencia y reconocimiento de todos, pues además contaba con el mayor número de posesiones materiales y humanas.

Gobernar por tanto, es un aforismo en torno a una forma de ejercer el poder, es decir, la concentración de la toma de las decisiones en una sola persona. Los mexicas en contraste, llamaban Tlatoques a quienes tenían la capacidad de hablar, y Tlatoanis a quienes les pertenecía la palabra, sin embargo también fueron déspota tiranos que esclavizaban pueblos. Desafortunadamente la alegoría heliocéntrica ha sido usada para justificar, una vez más, el autoritarismo en torno a una sola persona.


Así lo hicieron y lo han seguido haciendo las monarquías europeas desde el siglo XIII. Recordemos a una figura emblemática que conjunta las nociones de este brindis, Luis XV el “Rey Sol”, figura representativa de lo anteriormente mencionado.

La revolución francesa intentó derrocar al tirano que había gastado y desgastado al pueblo francés en favor de los caprichos y necedades de la nobleza, el clero y la monarquía. La burguesía primitiva irrumpió en la bastilla y sacó de sus aposentos a la nobleza desde el propio palacio de Versalles, no sólo por justicia, sino por la propiedad y la libertad generar relaciones de interés en base al intercambio de mercancías. Laisse-Faire, Laisse Passé replicaría Montesquieu en su famoso libro “El Espíritu de las Leyes”. Fueron justamente los ilustrados alemanes, franceses e ingleses, varios de ellos aunque no todos, HH de nuestra augusta institución quienes le dieron un sentido filosófico y político para crear y sostener gobiernos centralizados en instituciones y no en personas.

El domingo es el primer día de la semana gregoriana que enmarca el inicio de las labores. Y así como los rayos del Sol no sólo luz inocua, sino partículas rotas que rebotan y generan lo que se conoce como efecto fotoeléctrico, toda forma de poder tiene una base económica. En este sentido, el poder de la burguesía que se había venido gestando al lado del control coercitivo de los militares del siglo XIX y XX, pronto mostró su capacidad de expansión para convertir paulatinamente las relaciones sociales basadas en la servidumbre con el dueño del señorío o de la hacienda, a relaciones basadas en la explotación con el dueño de los medios de producción.

El capitalismo de Estado, como mecanismo epidemiológico del establecimiento de relaciones de interés económico y desinterés en lo humano, pronto se convertirían en la norma para el comportamiento colectivo. Así, el capitalismo se expandió y pudo combinarse tanto con gobiernos “democrático colonialistas” como los Estados Unidos y Gran Bretaña, así como con dictaduras militares, sistemas burocrático-autoritarios, democracias incipientes, imperios orientales o como ocurre actualmente, con democracias electorales como la mexicana, esa loca travestida por muchos reverenciada.

Cuando un sistema político se expande es necesaria la centralización del poder para que el sistema no fenezca. Por ello, las actuales consecuencias de la expansión de capitalismo, reforzadas tras la caída del Estado Burocrático Estalinista al que los intelectuales burgueses mal llamaron Comunismo, trajo consigo la apertura de sistemas políticos que abanderaran la versión burguesa de la democracia. Dado que los burgueses, neoliberales o empresarios -todos son lo mismo-no leen y por tanto prefirieron la simplificación a la complejización de las cosas -tal como funciona su mente- lograron imponer su visión simplista de la democracia basada en votos cuantificables que dan poder. Tal como la acumulación del capital diferencia al pobre del rico, y al rico del magnate.

Hoy seguimos cometiendo errores similares a la de nuestros antepasados del siglo X, cuando pensamos que el cambio de un personaje por otro transformará las condiciones de injusticia y desigualdad que nos aquejan. Tan absurdo es este postulado, como seguir atribuyéndole al Sol un significado divino al cual debiéramos alimentar con sacrificios humanos para evitar su furia. Hoy nuestros políticos llaman a generar unidad a una sociedad dividida en clases, etnias, géneros y nacionalidades; buscan la paz por el camino de las armas; proponen bienestar privatizando bienes; intentan establecer el Estado de Derecho por encima del derecho de los pueblos; pretenden imponer sus razones por encima de las evidencias, la ignorancia por encima de la razón, magia por encima de la ciencia, el camino del terror por encima de la paz como camino.

El próximo año tendremos elecciones presidenciales. Los anuncios nos invitan a comprar un producto que depende de su envase y no de su contenido. Podremos elegir a quien nos gobierne bajo el mecanismo de consulta pasiva, al que llamamos votos. Además podremos gozar de los estimulantes discursos que alimentan nuestros delirios esquizoides colectivos como la posibilidad de cambio a través del voto, del imperio de la justicia con más leyes, de la reducción de las desigualdades eliminando impuestos o del arrepentimiento de nuestros adversarios tras escuchar nuestras eufóricas porras y consignas estereotipadas. ¿Ya empezaron a sentir cómo la locura invade nuestras terminales nerviosas?


La historia nos ha dado evidencias de que los cambios fundamentales, se deben a la organización colectiva y no a la esperanza de muchos. Ni siquiera es necesario convencer ni a la cuarta parte de la población para empezar una revolución. Organización por encima de spots brillantes, un partido revolucionario por encima de un club de burócratas hambrientos de autoridad, una dirección integrada por la vanguardia de la clase trabajadora, de sus intelectuales, de sus estudiantes, campesinos, por encima de la triste enfermedad infantil del nacionalismo.
La energía del Sol está fundada en la energía que produce la concentración de pequeños átomos que le proveen de energía nuclear lo suficientemente duradera y extensa como para llegar a varios miles de millones de años luz. Lo mismo podría ocurrir con la organización de muchos para lograr el cambio de todo.