Buscar este ombligo

viernes, 17 de mayo de 2013

La estructura de la manipulación

Para comprender qué es la manipulación, en tanto estrategia relacional para la maximización de algún beneficio, voy a realizar primero un análisis comparativo entre el control y el poder como variables asociativas de la manipulación.

La manipulación puede ser descrita como una práctica destinada a influir en la libertad de pensamiento, acción y voluntad de otra persona o personas. Para ello, se basa en artimañas que van desde el chantaje, la desinformación, el miedo, la violencia física y las amenazas. La manipulación por tanto, se refiere al control corporal y de la libre voluntad, que por lo general, sirve para obtener beneficios al manipulador. La manipulación es también resultado de la carencia del poder necesario para influir en otra persona con base en argumentos sólidos, ideas fuertes y principios virtuosos. De ahí que la manipulación forme parte de una estructura relacional basada en la instrumentación de las personas, a través de mecanismos de control corporal, psicológico y virtual, que responden a las pulsiones primarias del manipulador para saciar necesidades o vacíos, que sólo de esta manera cree que se logran. Moralmente, la manipulación es una forma de romper con los valores predominantes en un subgrupo relativos al espacio-tiempo que ocupan, al considerar el acto ulterior del manipulador como ruin, pueril y egoísta. Esta relación perversa entre el manipulador, la necesidad, la estructura virtual costo/beneficio y el manipulador, son soportados por otras meta estructuras relacionales como son: la corrupción, la impunidad, el sometimiento, el terror, la violencia, entre otras.

En contraste, el poder es una estructura de relación social basada en el resultado dialéctico de fuerzas, ya sea por vía de la persuasión, convencimiento e información que buscan influir en la voluntad del otro para construir beneficios colectivo. Existen dos formas geométricas del poder, el simétrico y el asimétrico. El asimétrico es aquel sustentado en estructuras de poder verticales basadas en el sometimiento consensuado. El simétrico, por su parte, es aquel en el cual el poder es compartido y donde las estructuras de poder son horizontales, por lo que el poder negociado. Yo prefiero el segundo, pues, esta forma de poder emana de una autoridad éticamente fundamentada en el prestigio, sea esta una persona o una organización, permite construir mejoras a partir de mecanismos como el diálogo, el consenso, la confrontación, el debate y el escrutinio con quien se tienen los acuerdos. Quienes ejercen el poder, por lo general, se basa en principios éticos y no en necesidades inmediatas, que permiten su continuidad por largos periodos de tiempo. El poder, por tanto, influye en las personas siempre por la vía del consenso, en donde la voluntad del otro es influida por el convencimiento de buenos argumentos y del uso de la información.

No hay comentarios: