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jueves, 11 de agosto de 2011

La democracia explicada a los chavos de calle (Parte I)



La democracia, la entiendo como una forma dialéctica de tomar decisiones de manera colectiva cuya distición es la igualdad entre las personas que son consultadas y libertad de decisión con el objetivo de tomar decisiones con el menor grado de violencia. Es al parecer una forma nacida de las masas plebeyas mismas en tanto forma de contra poder al sistema jerárquico que existió en la Grecia antigua, pero que fue retomada y redefinida por las revoluciones burguesas para llegar a decisiones indirectas y representativas a través del voto. El mayor número de votos representa el punto de vista mejor posicionado en un colectivo.

Reducido a votos, elecciones de representantes, campañas onerosas, lucha de frases huecas y representaciones confusas para la mayoría es como funciona la democracia mexicana. La forma en como se ha reproducido desde el S.XIX ha conllevado a refinar la legitimidad y el control de las autoridades, manteniendo la lejanía entre los gobernantes y los gobernados. Asimismo, el sistema capitalista semi-colonial ha formado una sociedad de clases que estructuralmente se ha venido mostrando un incremento en los niveles de diferenciación de manera gradual desde hace al menos tres décadas.

El número de personas excluidas de las instituciones formales ha venido en amuento y la pobreza no ha podido bajar del 50% de la población. No obstante, la riqueza se ha concentrado en cada vez menos personas (0.28% de los habitantes poseen cerca del 50% de la riqueza del país) al mismo tiempo que se ha desatado cada vez mayor violencia y crímenes en todo el país. Hace apenas un lustro, el gobierno mexicano inició una “guerra” contra el crímen orgnizado, especialmente el narcotráfico la cual ha llevado a cerca de 50 mil personas a la muerte, otro tanto de desaparecidos y varios milllones de indignados por la estrategia militar que no ha dado resultados positivos. Ahora vivimos en un país tan inseguro como Afganistán, Irak o Paquistan que se encuentran en guerra.

Mientras las autoridades federales se aferran a la idea de que el problema es el crímen organizado y no la pobreza y desigualdad que genera recursos humanos para el crimen, en la ciudad de México un grupo de jóvenes adictos a las drogas del lumpen proletariado, viven en las calles desde al menos hace 10 años. De las al menos 20 mil personas que habitan en las calles de la “ciudad de los palacios” sólo 72 han habitado en el proyecto “Casa Taller para la Vida” que la Secretaría de Desarrollo Económico del gobierno de la ciudad, ha propuesto como alternativa gubernamental para la reincersión dos jóvenes en situación de calle.

Desde el inicio se ha intentado evitar reproducir el sistema de poder hegemónico con el objetivo de evitar el comportamiento de subordinación y dependencia institucional que, en pocas palabras, se traduciría como una forma de supervivencia de las clases excluidas a partir de dinámicas perversas de relaciones con el poder. Esto se debe a que el poder que ostenta una autoridad, no sólo delínea los margenes de acción de los subordinados, sino que además define su comportamiento y decisión dentro y fuera de su red político-social. En este sentido, los jóvenes de calle reproducen las formas perversas de relación con el poder, como el chantaje, la mentira, el robo, la evasión de las leyes, la manipulación y el uso símbolos sociales como la lástima, el drogadicto, el marginado, el analfabeto, la madre, la mujer embarazada el desposeído como herramienta de cambio.

Se ha observado que los jóvenes de calle reproducen un sistema jerárquico basado en el autoritarismo unipersonal y sádico en el cual, la influencia del líder sobre su red depende de su capacidad para castigar, exlcuir y controlar a un mayor número de personas en base a un supuesto plan curativo. Algo así como el estalinismo: autárquico, violento, basado en imágenes antes que en ideales, controlador, persecutorio pero con intenciones de dar a todos algo parecido, quitarle a los que más tienen pero siempre y cuando sean adeptos a los ideales del líder.

La contrapropuesta de Casa Taller, proviene de la instauración de un modelo democrático basado en las costumbres de los colectivos callejeros, a partir de estructuras de consulta y toma de decisiones periódicas que a su vez contengan un carácter terapético para la distención de la violencia. [Continuará...]

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