El día de hoy, 20 de noviembre de 2008, se conmemoran los 98 años de la Revolución Mexicana. En otros años, el júbilo en las calles era evidente y se podía sentir la herencia de la revoución de 1910 en todas las calles del país. Sin embargo, desde que el gerente Vicente Fox, llegó a la presidencia del país, esta conmemoración ha ido en detrimento, a grado tal, que hoy sólo en las escuelas primarias públicas, con el mismo entusiasmo que merece la entrada de la primavera.
A los gobiernos de derecha, y en especial a los ligados a los sectores financieros y religiosos de México, les causa una especie de escosor moral hablar sobre la convergencia de movimientos revolucionarios de esa época. En particular, porque éstos dieron fin, o al menos a minoraron, los privilegios de la clase alta, la corrupta jerarquía eclesiastica y la explotación de los hacendados.
Hoy día, el nuevo Secretario de Gobernación, mencionó en su discurso frente al monumento a la Revolución, que "se debe respetar el Estado de Derecho" que los revocionarios contruyeron. Nada más cercano a la hipocresia, proviniendo el comentario de un gobierno que se ha encargado de desvaratar todas las conquistas sociales, laborales, agrícolas y educativas.
La Revolución Mexicana ha sido traicionada desde el partido mismo que se autoproclamo como su portavoz, el PRI. Desde la década de los 80's, comenzó el retrotraimiento del Estado Benefactor mexicano, y de su plan de desarrollo estabilizador. Es cierto, que fue invadido por prácticas de corrupción en la totalidad del aparato burocrático, que el clientelismo, el corporativismo, el acarreo, la represión, las muertes extrañas, eran parte de la jerga cotidiana, y a veces, aceptada.
Sin embargo, la entrada de los tecnócratas al poder, que como en Chile, Brasil y Argentina, entre otros, provino de los gobiernos autoritarios, para renovar a la élite gobernante, crear una nueva fase del capitalismo dependiente, pero manteniendo los privilegios de clase en base a la propiedad. La novedad, era crear una imagen de renovación civil, de liberalismo, de exaltamiento de la economia de mercado, de la modernidad (que no era otra cosa que, el asimilamiento con los los paises ex-soviéticos que tornaron al neoliberalismo de los noventas).
Pero la modernidad, trajo consigo la disminución de derechos laborales y salariales (P. Ej. La paulatina eliminación del contrato colectivo de trabajo, la creación de la Comisión de Salario Mínimo, que ha venido estancandolo a sólo US$ 4.20 diarios), el estancamiento de la educación pública que le ha cedido terreno a la educación privada (que según el útlimo estudio de la CEPAL, la educación privada, atiende las necesidades cortoplacistas del mercado, y no de la sociedad, lo que provoca el detrimento de la educación como agente socializador, creador de conocimiento y tecnología y base fundamental de la superación de la pobreza). Además, los gobiernos han lastimado sistematicamente los Derechos Humanos de los mexicanos, equiparando a los movimientos sociales con delincuencia y terrorismo.
Eso sí, cedimos todo ello, para obtener un sistema electoralmente competitivo, plural, tolerante, liberal, pero consecuente con el principio del la no intervención al sistema capitalista de producción. Como muestra de ello, las firmas de los TLC´s, con Estados Unidos y Canad+a el de 1994, su renovación en el 2000, y su profuncización en el 2005. Éste último firmado entre los poderes ejecutivos de los tres países -sin pasar por el Congreso- y llevado a través de los consejos empresariales de los países firmantes.
Hoy tenemos un país, que dista de los ideales revolucionarios como la distribución de las tierras a la clase trabajadora (pues Salinas se encargó de eliminar la propiedad comunal en tiempos de crisis, lo que conllevó a la venta de cada parcela, creando así nuevos terratenientes), de la educación pública y popular, del derecho laboral, de la transformación de la industria en beneficio del mercado interno y de la creación de empleos, y por finalmente, de la obtención del poder a través de elecciones transparentes y justas.
Si Villa, Zapata, Obregón, Calles, Carranza y Madero aun vivieran, seguramente se mirarían entre ellos y levantarían al pueblo para acabar con el nuevo dictador y las causas de su dominio. Lo veremos en el 2010!
A los gobiernos de derecha, y en especial a los ligados a los sectores financieros y religiosos de México, les causa una especie de escosor moral hablar sobre la convergencia de movimientos revolucionarios de esa época. En particular, porque éstos dieron fin, o al menos a minoraron, los privilegios de la clase alta, la corrupta jerarquía eclesiastica y la explotación de los hacendados.
Hoy día, el nuevo Secretario de Gobernación, mencionó en su discurso frente al monumento a la Revolución, que "se debe respetar el Estado de Derecho" que los revocionarios contruyeron. Nada más cercano a la hipocresia, proviniendo el comentario de un gobierno que se ha encargado de desvaratar todas las conquistas sociales, laborales, agrícolas y educativas.
La Revolución Mexicana ha sido traicionada desde el partido mismo que se autoproclamo como su portavoz, el PRI. Desde la década de los 80's, comenzó el retrotraimiento del Estado Benefactor mexicano, y de su plan de desarrollo estabilizador. Es cierto, que fue invadido por prácticas de corrupción en la totalidad del aparato burocrático, que el clientelismo, el corporativismo, el acarreo, la represión, las muertes extrañas, eran parte de la jerga cotidiana, y a veces, aceptada.
Sin embargo, la entrada de los tecnócratas al poder, que como en Chile, Brasil y Argentina, entre otros, provino de los gobiernos autoritarios, para renovar a la élite gobernante, crear una nueva fase del capitalismo dependiente, pero manteniendo los privilegios de clase en base a la propiedad. La novedad, era crear una imagen de renovación civil, de liberalismo, de exaltamiento de la economia de mercado, de la modernidad (que no era otra cosa que, el asimilamiento con los los paises ex-soviéticos que tornaron al neoliberalismo de los noventas).
Pero la modernidad, trajo consigo la disminución de derechos laborales y salariales (P. Ej. La paulatina eliminación del contrato colectivo de trabajo, la creación de la Comisión de Salario Mínimo, que ha venido estancandolo a sólo US$ 4.20 diarios), el estancamiento de la educación pública que le ha cedido terreno a la educación privada (que según el útlimo estudio de la CEPAL, la educación privada, atiende las necesidades cortoplacistas del mercado, y no de la sociedad, lo que provoca el detrimento de la educación como agente socializador, creador de conocimiento y tecnología y base fundamental de la superación de la pobreza). Además, los gobiernos han lastimado sistematicamente los Derechos Humanos de los mexicanos, equiparando a los movimientos sociales con delincuencia y terrorismo.
Eso sí, cedimos todo ello, para obtener un sistema electoralmente competitivo, plural, tolerante, liberal, pero consecuente con el principio del la no intervención al sistema capitalista de producción. Como muestra de ello, las firmas de los TLC´s, con Estados Unidos y Canad+a el de 1994, su renovación en el 2000, y su profuncización en el 2005. Éste último firmado entre los poderes ejecutivos de los tres países -sin pasar por el Congreso- y llevado a través de los consejos empresariales de los países firmantes.
Hoy tenemos un país, que dista de los ideales revolucionarios como la distribución de las tierras a la clase trabajadora (pues Salinas se encargó de eliminar la propiedad comunal en tiempos de crisis, lo que conllevó a la venta de cada parcela, creando así nuevos terratenientes), de la educación pública y popular, del derecho laboral, de la transformación de la industria en beneficio del mercado interno y de la creación de empleos, y por finalmente, de la obtención del poder a través de elecciones transparentes y justas.
Si Villa, Zapata, Obregón, Calles, Carranza y Madero aun vivieran, seguramente se mirarían entre ellos y levantarían al pueblo para acabar con el nuevo dictador y las causas de su dominio. Lo veremos en el 2010!
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